A las 14:15h del 25 de julio, nació sin vida mi pequeño Joan.
No pude verlo, rápidamente se lo llevaron. Yo expresé mi deseo de poder estar con él pero la ginecóloga me respondió “después, cuando todo haya terminado” pues aún estaba pendiente la expulsión de la placenta.
Después de 5h, sobre las 19h de la tarde, una comadrona lo trajo envuelto en una de esas sábanas verdes de los hospitales. Cuando me lo entregó, antes de marcharse y dejarnos a solas, me dijo “eres muy valiente”.
Ciertamente una nunca imagina ni en sus peores pesadillas que va tener que dar a luz a su bebé sin vida pero... ¿Fui valiente por querer ver a mi hijo? Yo creo que no.
Más bien se trataba de la única oportunidad que yo tendría de estar con el.
La única vez EN TODA MI VIDA en que podría sostenerlo en mis brazos, acariciarlo y abrazarlo por que después de este día JAMÁS podría volver a hacerlo.
Ahora sé que no todas las mamás tienen la oportunidad de decidir si ver o no a sus bebés ya que no todos los hospitales pemiten esta posibilidad. Y sinceramente, me apena mucho que otros decidan por nosotras supuestamente por nuestro “bien”.
Yo puede estar con el y era un bebé precioso, perfecto. Pude tenerlo en mis brazos, besarle, acariciarle, hablarle y explicarle lo mucho que le queríamos. Y para mi estos minutos que compartí con mi bebé son inolvidables.
2 comentarios
Que duro. Tanto pasar por esa situación, como tal cual como dices, que haya mujeres que no puedan decidir. Para muchas, esa despedida es necesaria. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarMe deja sin palabras y un nudo en la garganta. Que bonito dedicarle todo tu amor durante unos minutos. Unos minutos que valen una vida entera. Gracias por compartirlo
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